- Área: 31433 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Adrià Goula
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La nueva sede central y centro de servicios de Banc Sabadell se plantea como transformación y ampliación del complejo de oficinas Landscape que proyectamos y construimos para el Banco en 2003. El edificio existente consta de una barra longitudinal de oficinas que sigue la geometría del solar a lo largo de la autopista B-30 y una nave industrial destinada a archivo en la parte posterior, conectada a las oficinas mediante cuatro puentes elevados con respecto a la planta de acceso al edificio. La propuesta propone derribar la nave industrial existente para concentrar su edificabilidad en un nuevo volumen de oficinas, de manera que se libera una gran superficie ajardinada en el centro del solar que se convierte en el punto de entrada a los distintos edificios de la nueva sede.
Bajo este espacio verde central se dispone la planta de servicios del complejo (auditorio, cafetería, sala de descanso, gimnasio, aulas de formación, zona comercial, oficina bancaria, enfermería, etc) con conexión directa a los edificios de oficinas, y bajo ésta, dos plantas de aparcamiento conectadas a nivel con las ya existentes. Con esta estrategia, conseguimos cambiar rotundamente el carácter del lugar, que pasa de ser un edificio en una zona de carácter industrial, a un complejo de oficinas alrededor de unos jardines. El hecho de que el nuevo volumen de oficinas esté concentrado en una pequeña torre permite, no sólo liberar espacio “verde”, sino marcar la pauta de cómo debe ser el futuro crecimiento edificatorio del banco en la parcela contigua, también propiedad de Banc Sabadell.
En el extremo suroeste del espacio central liberado, ahora nuevos jardines, levantamos una pequeña torre de oficinas, de planta baja más cinco plantas, que aloja las nuevas oficinas de dirección del Banco de Sabadell. La torre se coloca en el solar volando ligeramente por encima del espacio de rampas de acceso a los aparcamientos, mostrando su voluntad de apartarse del centro y de dar más espacio abierto, a la vez que hacer más evidente el punto de entrada principal al edificio y mostrar las distintas orientaciones en la parcela entre los edificios y las circulaciones.
El bloque de oficinas se proyecta para sacar el máximo rendimiento a cada planta y la mejor ratio entre espacios de comunicaciones y servicios respecto al espacio de oficina paisaje. Para ello, la estructura es muy clara, con un núcleo de comunicaciones desplazado del centro para ofrecer espacios diferenciados y una estructura perimetral de pilares de hormigón. La fachada se compone de una piel zigzagueante de metal expandido de grandes dimensiones lacado gris oscuro metalizado, sobre la que se superponen unas aberturas delimitadas por unos grandes marcos de aluminio que le dan profundidad a una fachada, por otra parte, muy delgada.
Esta fachada funciona como una doble piel con una cámara de ventilación; el metal expandido en zig-zag permite que la totalidad del edificio esté siempre protegido de la radiación solar, generando una cámara de aire ventilada naturalmente que permite un mayor rendimiento de las propiedades térmicas del edificio. A esta cualidad funcional se le suma una cualidad estética, ya que las distintas inclinaciones de la fachada generan unas sombras y unos matices cambiantes según la inclinación de la luz solar, lo que genera que las fachadas varien de aspecto a lo largo del día. Cuando la luz incide perpendicularmente, la fachada se aprecia como un todo continuo, pero a medida que la luz va incidiendo lateralmente, ésta se convierte en un juego de lamas verticales de grosores cambiantes al que se superpone el orden racional de las ventanas.
Éstas, a su vez, generan otro juego que añade complejidad a unas fachadas, por otra parte, muy sencillas, a partir de unos marcos de gran profundidad que incluyen unas persianas replegables desde el interior, ayudando a controlar la incidencia solar en el interior de las oficinas y ofreciendo otro elemento de cambio desde el exterior. La aparente profundidad de las ventanas genera también una sensación de mayor confort desde el interior, al sugerir que las fachadas son muy gruesas y sólidas cuando, en realidad, son unos elementos muy delgados y ligeros para conseguir una mayor superficie en el interior.
La planta enterrada justo por debajo del jardín central se convierte en el corazón funcional de todo el complejo; tanto del nuevo edificio de oficinas como del existente. Se trata de una planta de poco más de 8.000 m2 situada en cota bajo rasante a la que se ha pretendido dotar de una cualidad espacial y una generosa afluencia de luz natural que la rediman de su condición soterrada. Estrategias como conseguir unas salidas al exterior en la cota de la planta, agujerear la planta en un par de puntos estratégicos con unos patios generosos, o generar un doble espacio en la escalera de acceso para abrir las vistas desde la planta enterrada hacia el exterior, ayudan a conseguirlo.
En este nivel se concentran la mayoría de los servicios “públicos” del nuevo complejo como el auditorio, la sala de descanso, la nueva cafetería, el gimnasio, las aulas de formación, la oficina bancaria y las tiendas, además de recintos más técnicos para el buen funcionamiento de todo el conjunto. A todos ellos se puede acceder de tres maneras distintas: El acceso principal se realiza mediante la entada situada en planta baja a través de la cual se accede a la escalera representativa y principal acceso a los servicios, pero también existen dos entradas a cota de la planta de acceso al edificio de oficinas existente situado en planta –1 con relación al ahora proyectado, de manera que comunican a nivel con el restaurante existente y la zona ajardinada y aparcamiento de esta parte del complejo.
En la zona donde anteriormente existía la nave industrial enlazada con el edificio lineal de oficinas, se ha construido una gran plaza ajardinada que debe convertirse en el corazón de la nueva sede. Este jardín no sólo funciona como espacio de relajación, de actividades al aire libre o simplemente como espacio visual al que dan todas las oficinas, sino que desde el punto de vista funcional se convierte en el punto de acceso a las oficinas. Es un espacio de paso y de relación que articula todo el complejo. Para conseguir este objetivo, cambiamos el uso de los puentes existentes que pasan de ser un espacio de “vending” y reuniones para convertirse en los nuevos accesos al edificio existente.
Estos puentes anteriormente comunicaban las oficinas con la nave industrial en la cota de planta baja, mientras que ahora se convierten en unas puertas de entrada y espacios de reuniones desde los nuevos jardines. Constructivamente, los puentes se han alargado ligeramente para apoyar sobre el jardín y ofrecer una buena entrada a las oficinas, a través de un pequeño porche que integra las escaleras de los aparcamientos de los sótanos –2 y –3. De esta manera se puede acceder al complejo en coche y, desde el sótano, subir a cubierto por las escaleras hasta justo enfrente de la puerta deseada.